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"Y Dios me creó mamá, a su imagen y semejanza" |
Soy mamá de dos niñas de 6 y 4 años. Ingeniera, desde hace 6 años no ejerzo mi profesión. Estoy dedicada
100% a mi familia. Más que por decisión, creo que porque la vida se
encargó de llevarme por ese camino. Me casé, al poco tiempo
cambiamos de ciudad y renuncie a mi trabajo. Meses después quede
embarazada y decidí dedicarme a ser mamá por un tiempo. Ya en el pasado lo habia pensado. Deseaba ser yo quien
educara a mis hijas.
Mi
deseo se hizo realidad. Acá estoy ejerciendo una de las profesiones
más difíciles que pueden existir, la cual exige 100% de ti, 7 días
a la semana y en horario continuo. Esto, sin ninguna preparación,
mucha teoría si, pero cero de práctica.
Para
mí, ser mamá es entrar en una dimensión desconocida. Es conocer una
parte de ti misma que desconocías. Es ver cara a cara tus
debilidades, vulnerabilidades, miedos y fortalezas. No solo verlas, enfrentarlas. Es tener un espejo todo el tiempo que magnifica tus
emociones y estados de ánimo (alegría, tristeza, enfado). Es conocer
un sentimiento nuevo que crece día a día, que te puede hacer tan
débil pero al mismo tiempo tan fuerte. Es sentir temor por lo
desconocido, angustia por el dolor ajeno y descontrol por no poder
controlar casi nada.
En
fin,...creo que mi lista de lo que es ser mamá es muy larga. No voy
a decir que se resume en la palabra Amor... Es claro que sin amor nada
de lo anterior se sentiría, se resistiría o se haría. Es precisamente de eso que quiero hablar. La parte
bonita de ser mamá ya la conocemos muy bien. Hay comerciales
que hablan de eso, blogs, programas, libros, etc etc y es válido,
es cierto, no es tan perfecto como lo pintan, pero es algo
maravilloso, en un milagro de la Vida, del cuerpo...es un milagro de
Dios. Es una bendición ser escogidas para ser mamás, porque se
que hay muchas mujeres que sufren a diario por no poder serlo y no es fácil.
Decidí
comenzar a escribir sobre mi experiencia de ser mamá y mis
aprendizajes diarios, porque siento que es un
desahogo, una terapia y una forma de ayudar algunas mujeres (pocas o
muchas..no lo se) a sentir que no están solas en el mundo sintiendo
eso. Es normal sentirse así. No somos perfectas, somos humanas y tenemos debilidades, días buenos y días malos. No por eso debemos condenarnos, ni dejar que otros nos
condenen. Tampoco ocultar lo que sentimos solo por tratar de mostrar
a los otros que somos mamás perfectas, controladas, pacientes,
desbordando corazones todo el día...no! Somos mamás reales, de
carne y hueso. Lo más importante es que a pesar de que a veces no
es tan fácil ser mamá, tenemos la mejor ayuda. El mejor doctor, el
mejor consejero, la mejor guía y quien nos puede dotar de todo lo que
necesitamos para ejercer bien esa función. Esa ayuda es Dios.
"Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó" Gn1:27
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